martes, 22 de diciembre de 2009

Y YO DÓNDE ME ENCUENTRO. Parte I: A este lado del espejo

METAMORFOSIS

A cada salto le seguía una estela de briznas de paja.
Tierra a la tierra y un balanceo. Gotas de mi ser salpicaban las piedras que me ceñían al agua. Agua al agua. Balanceo.
Como lascas de espíritu materializado que me dejaban para rodar y rodar cieno abajo.
Siempre hacia abajo las briznas se ligaban al rocío y así, mansamente, me amasaban como fango para devolverme al seno que nos parió a todos.
A la madre. Nunca al cielo.
Nunca al cielo de verdades que nos cierra las puertas de algún cosmos, girando. Girando... y ciñendo.
Atados a la matriz confundimos el sentido de la palabra libertad y nos creímos capaces de hacerla nuestra.
La ilusión nos cegaba como el charco de agua turbia donde hundíamos los cabellos. Y se tornaban fango, pues sólo en fango se transformaba todo aquello que creíamos que era aire.
En realidad la metamorfosis no era tal, sólo la caída del velo que nos devolvía la clarividencia, y el olfato que no engaña me volvió la espalda.

1 comentario:

  1. Tu siempre estarás donde tu mente quiera estar y donde tu cuerpo se empeñe en llevarte. Y casi siempre coinciden.
    Un abrazo jose.

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