lunes, 28 de diciembre de 2009

Y YO DÓNDE ME ENCUENTRO. Parte III: Al otro lado del cristal

DESDE MI CÁRCEL VERDE
El salvaje está reñido
con el hombre sordo del tintineo.
La madeja que nos une,
desmembrada por el estruendo metálico,
se zarandea buscando atisbos
de la alimaña que gruñe y piensa.

Cada día mueren mil almas presas de la avaricia de nadie
y cubos repletos de ideas confusas y luces
iluminan al unísono las celdas de los durmientes.

Hay un tufo, una peste como a desidia y humo
atorando ausentes rostros,
arrancando eructos de las gargantas,
hediendo por las avenidas a jornada gastada
y petróleo abrasado.

El salvaje se retuerce desde su trono profundo
desequilibrando la jaula que nos mantiene,
lacerando almas que se postran, así, un poquito más,
al gobierno de papeles pintados,
de rechazo al llanto,
de ilusiones intactas de no usarlas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario