lunes, 9 de agosto de 2010

MEN TEN FE RMA

.

Tiene un imán,
es recurrente,
exagera el gesto para dolerte.
Vampiriza.
Entre pasión y virtud siembra un dilema,
te enraiza en la culpa,
paraliza tus piernas,
mimetiza la enseña
y arrastra al caos.
Construye tu vida,
diluye las salidas,
te interna en ti, tu única trena,
se expande en ti como cangrena,
te obliga a cargar con sus cadenas
y te arrastra al caos.
Se corona tu rey aboliendo la ternura como ley,
y decretando la suya, la de la moneda de cambio,
y la grey del salario
sumisa acepta el tránsito,
precisa de un mandatario,
de los designios de un sátiro,
contribuye al erario que paga
la nómina del sicario que si no mata
arrastra al caos
embaucando al mundo
con el bulo de su flagrante presencia
pero su excelencia: Basta.
Su excelencia, su corbata;
su excelencia, su estola santa;
su excelencia, hágale un nudo;
su excelencia, ahora
páselo por su garganta.

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