lunes, 24 de mayo de 2010

LIBERACIÓN

.
Los hijos del hombre en su rincón
devoran la borra que sobra
y les sirven en cajones de madera
las aves carroñeras
de septentrión.

Mientras tanto un mandatario en su sillón
decide los designios de un pedazo de nación
con una foto y un botón.

En el rotativo alguien ladraba
de paz y liberación.

Despegaba a la señal otro semidios
y en su vientre de dragón
roncan mil necios, diez tanquetas y un camión.

Y la borra que sobra
y la máscara de salvación
y la conciencia tranquila
metidas en un cajón.

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