lunes, 8 de noviembre de 2010

METRO DE MADRID

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No es cierto el cielo siempre azul de los andenes,
no es cierto el eco del vagón que hace su entrada,
que todo es un viaje a ninguna parte,
que es una parte azul, absurda, de este juego,
sólo una regla.
Oz sí existe en este agujero, pide un deseo.
El mío es un destierro que nos sacara del sueño, del subsuelo,
de las dudas, de los deudores del cielo
que se revelaría azul a los andenes
y ya no habría escaleras, ni silbidos que no son voces ni voces ni nada
y el otro lado del andén sería al fin la respuesta
que brincara entre los escombros, y dar contigo, anónimo,
y que ya no sea azul la pared al otro lado del sueño
sino la certeza de que nada es cierto,
de que en todo lo azul hay un cielo
y sólo desde lo azul de tu mirada
puedes reconocerlo.